sábado, 7 de diciembre de 2013


                          
                          LA REALIDAD

¿Qué es la realidad?, es una pregunta que en el siglo V antes de cristo Platón se la hizo a si mismo, y deberíamos hacérnosla a nosotros mismos.
Platón entendía la realidad de una manera dualista, cuerpo y alma. En ella, podíamos distinguir dos niveles totalmente independientes: el mundo de las ideas y el mundo fenoménico. El mundo de las ideas se encuentra formado por las esencias, objetos del auténtico conocimiento. Las ideas son universales, estas no cambian, por lo tanto son eternas y superan lo material. A través de la razón llegamos a las ideas y a través de estas alcanzamos el conocimiento.
La jerarquía es la manera en la que la realidad se encuentra organizada, no todo lo que existe tiene el mismo valor, unas cosas son más importantes que otras. El Bien es lo que más valor tiene, la justicia y la belleza son los otros valores que más se le acercan. El Bien no interviene, no crea, se limita con ser. Intentar imitar el Bien te hace mejor persona.
El otro nivel es el mundo fenoménico, el mundo sensible, éste está compuesto por materia, se encuentra expuesto a un constante cambio, a la corrupción. Es un mundo imperfecto, impersonal y particular. Cada persona tiene una imagen concreta diferente sobre las cosas, pero dicha imagen sigue los patrones de las ideas que son lo mismo que las cosas pero de diferente forma.
Personalmente mi forma de ver la realidad está más cercana del mundo fenoménico, el mundo sensible, ya que solo creo el lo que percibo a través de mis sentidos. Pienso que, constantemente todo va cambiando, nada en este instante es igual que hace un segundo, todo está en un constante cambio.
Estoy de acuerdo que cada persona puede imaginar el mismo objeto de diferente forma.
En mi opinión, la percepción de la Realidad es diferente para cada uno de nosotros, cada uno entiende la Realidad como su propia realidad. Mi Realidad no creo que se asemeje a ninguna otra realidad.
No creo que estemos viendo la sombra de los reflejos de los objetos (mito de la caverna), creo que vemos a los propios objetos.
No creo en un Dios tanto si interviene como si no interviene, no creo que exista tal figura ya que nadie puede verla, ni muestra, desde mi punto de vista signos de que exista. No creo en la existencia de un ser superior y no concibo en la eternidad

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